sábado, 8 de octubre de 2016

¡Bienvenidos y bienvenidas!

Se buscará el desarrollo de competencias emocionales, que están compuestas por la conciencia emocional, la regulación emocional, la autogestión, la inteligencia interpersonal, las habilidades de vida y el bienestar (conciencia, regulación y autogestión) y a desarrollar la inteligencia emocional de los individuos. Este tipo de educación tiende a dar respuesta a un conjunto de necesidades sociales que no quedan suficientemente atendidas en la educación formal.

 El punto central de la educación emocional son las emociones. Según Damasio (2005), éstas son un conjunto complejo de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón distintivo. Estas respuestas son producidas automáticamente por el cerebro cuando detecta un estímulo emocionalmente competente, produciendo un cambio corporal y cerebral que afecta el estado del cuerpo y los pensamientos. Según Mayer y Salovey (1997) La inteligencia emocional, incluida en la educación emocional, abarca la habilidad de percibir con precisión, valorar y expresar emociones, la habilidad de acceder y/o generar sentimientos cuando facilitan pensamientos, la habilidad de comprender la emoción y el conocimiento emocional, y la habilidad para regular las emociones y promover el crecimiento emocional e intelectual.

Para lograrlo, se habilitará  un espacio que intentará integrar los procesos intelectuales con los afectivos, la educación con la vida, el pensamiento con la realidad, la teoría con la práctica, permitiendo así analizar situaciones reales con categorías conceptuales, promoviendo el diálogo, la participación y la construcción de conocimientos.

Se pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos, los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. 

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